La Estrategia de Crecimiento Azul adoptada por la Comisión Europea en 2012 reconoce la importancia de los mares y océanos como motores de la economía europea. Esta estrategia considera la energía de origen marino, denominada como “Energía Azul”, como uno de los ámbitos prioritarios para proporcionar un crecimiento sostenible. La eólica marina es una fuente de energía ilimitada, limpia y renovable que se presenta como una alternativa que contribuirá a conseguir los objetivos de descarbonización.
La energía eólica marina aprovecha la fuerza del viento que se produce en alta mar para generar electricidad. Su elevado potencial y valor añadido estratégico socioeconómico y medioambiental le sitúa como una las fuentes renovables llamada a jugar un papel crucial para permitir alcanzar una economía europea climáticamente neutra en 2050.
En 2030 la capacidad de instalación anual de eólica marina podría superar a la eólica en tierra, y se estima que suministrará el 14% de la demanda de electricidad en EU.
Las instalaciones eólicas marinas presentan características diferenciadas ventajosas frente a las instalaciones en tierra. El recurso eólico existente en el mar es superior y más regular que en tierra firme, con lo que aumenta la generación eléctrica de los aerogeneradores con las mismas dimensiones. Además, la menor rugosidad superficial en el mar requiere una altura de torre menor si se compara con un aerogenerador terrestre.
En tierra, por limitaciones asociadas a la orografía y al transporte, se están consolidando potencias unitarias en el entorno de los 5 MW para los aerogeneradores, con una clara tendencia a aumentar el diámetro de rotor para un mejor aprovechamiento de los emplazamientos. En el mar, que presenta menores limitaciones a la hora de transportar los diferentes componentes de la instalación, los parques eólicos marinos más recientes utilizan aerogeneradores de potencias unitarias superiores a los 8 MW, desarrollándose prototipos de hasta 12 y 15 MW de potencia.
Podemos distinguir dos tipos principales de tecnologías de eólica marina, las estructuras montadas sobre estructuras fijas y las estructuras flotantes. La diferencia principal radica en la forma en que el aerogenerador es fijado al fondo marino.
Aerogeneradores marinos con cimentación fija:
Las estructuras de apoyo con cimentación fija son estructuras montadas sobre el suelo marino y son clasificados en función de la cimentación utilizada en su construcción: como “monopilote” (cilindro de acero que sujeta la torre enterrado en el lecho marino), “de apoyo por gravedad” (plataforma de hormigón o de acero que requiere preparación previa del lecho marino), “jackets” o “trípode” (estructuras con 3 ó 4 puntos de anclaje).
Hasta la fecha, todos los parques eólicos marinos comerciales en el mundo (de los cuáles alrededor del 80% están emplazados en los mares del Norte de Europa) se han realizado con estos conceptos tecnológicos de cimentación fija.
Aerogeneradores marinos sobre plataforma flotante:
Las estructuras flotantes ofrecen oportunidades decisivas para la industria eólica marina y abren la puerta a nuevos emplazamientos más alejados de la costa que, con los conceptos tecnológicos de cimentación fija eran técnica y económicamente inaccesibles. Ahora, la restricción de profundidad proviene del tendido de las infraestructuras eléctricas submarinas de evacuación, que alcanzan cientos de metros de profundidad. Así pues, los conceptos flotantes permiten desplegar aerogeneradores en extensas áreas marinas con mayor potencial de viento en aguas profundas y facilitando también las configuraciones de las máquinas dentro de los parques eólicos marinos.
Las estructuras de apoyo de tipo flotante pueden ser clasificadas en función del sistema de anclaje al fondo marino: monopilar flotante o “spar”, plataforma semisumergible y plataforma de apoyo en tensión (TLP).
Las plataformas flotantes permiten la utilización de nuevas técnicas que minimizan potenciales impactos ambientales en comparación con los diseños fijos, debido a la actividad menos invasiva en el fondo marino durante la instalación. Y por su propia ubicación mar adentro, el impacto visual y acústico es menor que el de los parques eólicos en tierra.