Son sistemas centralizados de generación térmica que mediante un sistema de redes que transportan fluidos térmicos permiten la satisfacción de la demanda de calefacción y agua caliente sanitaria en viviendas unifamiliares, comunidades de vecinos y otros edificios privados y públicos, como bibliotecas, hospitales o polideportivos, así como en industrias.
Es una forma más eficiente de aprovechar el calor generado que en el caso de soluciones individuales, porque permite encajar de una forma óptima el binomio generación-demanda y también se beneficia del efecto de las economías de escala. Es una solución que cuenta con un alto grado de implantación en países del centro y norte de Europa, y que poco a poco se va abriendo paso como una alternativa energética rentable y sostenible para los usuarios españoles.
Aunque aún existe muchísimo potencial por explotar en España, comienza ya a haber ejemplos muy relevantes, como son las redes de calor con biomasa ya en funcionamiento en Soria, Valladolid y Ólvega, y la red actualmente en construcción en Móstoles. El diseño y tamaño de las redes varía ampliamente, pudiendo adaptarse tanto a pequeños municipios como a grandes ciudades.